Estamos confundiendo la oposición a los gobiernos con el derecho y el deber que tenemos todos y todas de hacer control social a los gobiernos.

Sé que muchos y muchas a casi un año de gestión o de falta de gestión de las autoridades actuales que están al frente de los gobiernos locales nos sentimos defraudados, y es natural pensar que salimos de ‘Guatemala a Guatepeor’ o que también sintamos que las autoridades que elegimos no están en la capacidad de administrar, legislar o fiscalizar en las ciudades que habitamos, pero para evitar que la historia se repita o sea ésta peor que la anterior, los ciudadanos y ciudadanas tenemos un derecho y un deber al mismo tiempo que se llama “Control Social” y que es parte del ejercicio de nuestro derecho de participación ciudadana para controlar el buen manejo de la gestión de lo público e incidir en las decisiones sobre las políticas públicas. No obstante, muchos desconocen este derecho y deber, quizás lo habrán escuchado y ni bola le pararon o sencillamente se cree que es muy difícil poderlo ejercer, entonces se prefiere recurrir a una oposición desde mi punto de vista “cobarde”. Me refiero a aquellos que se escudan en seudónimos a través de redes sociales para lanzar pasquines con un vocabulario soez que nada tiene que ver con el buen ejercicio de la ciudadanía. También están los que supuestamente lo hacen de frente por estos mismos medios, sin usar ningún apelativo, sin embargo son iguales de cobardes, ya que se creen súper fuertes por decirle a determinados personajes que se encuentran encargados de alguna función en la Municipalidad “X” (mama ver…, h...p... , etc.). Sus insultos solo demuestran falta de conocimiento en materia de deberes y derechos. Con esta manera de querer “hacer oposición” solo dan a conocer que tampoco tienen nada que aportar a la ciudad, así que estamos jodidos, porque al parecer sus reclamos son más personales que de interés social. Con calumnias, chismes, palabras de hueso calibre, etc. sólo se le está diciendo a las autoridades de turno que bien merecidas nos las tenemos. Un pueblo culto, que sabe exigir a las autoridades en función de sus deberes y derechos será respetado, pues las autoridades serán más conscientes de que a quienes está gobernando son personas capaces de demostrar y denunciar con los debidos fundamentos y pruebas los actos de corrupción que se estuviesen dando.
Inventarse cualquier tontería y chismear es fácil, en cambio denunciar y sostener una denuncia es a lo que muchos temen, por eso prefieren estar en el celular o en el computador llenando de contenido basura las redes sociales con los cuentos de que tal Director del Departamento “X” es amante de fulana, zutana y mengana o que la ni sé quién algo tiene con el fulano de otro Departamento de la Municipalidad, todas situaciones personales que si fueran comprobadas no tienen relación con la función que los personajes difamados están cumpliendo. Si del chisme se pasara a las acciones otro sería el cantar, por eso llego a la conclusión de que para tener buenos gobernantes primero necesitamos ser excelente ciudadanos, con capacidad de decisión y no de manipulación, con interés por nuestra comunidad, con las ganas de querer aportar al progreso de nuestra ciudad desde todos los espacios, con la disposición para hacer control social a las autoridades y no permitir que otros más nos sigan robando y sólo quedar en el cuento de que nos robaron. Para que la democracia funcione nos falta aprender a ejercer la democracia. La democracia no se reduce a las urnas o en el voto que le demos a tal o cual candidato, la democracia es un ejercicio a tiempo completo, los 365 días de cada año y empezando por nuestra propia casa ✍️.


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