Sé que en un mundo muy injusto no es fácil creer en la justicia, una justicia terrenal, creada entre las virtudes y los defectos de los seres humanos, entre sus juicios de valores de considerar qué es bueno y qué es malo, una justicia tan imperfecta como el mismo ser humano que donde está hecha la ley también está hecha la trampa, porque a pesar de tantas reformas, aún seguimos teniendo contenidos legales tan ambiguos que cada quien hará uso a su mejor conveniencia. En todo este tiempo de lucha por justicia para mi hermano y mi papá comprendí que la justicia no debería lucharse, sencillamente debería darse siempre, porque para eso fueron creadas y modificadas las leyes y los procesos legales que todavía con algunos defectos tratan de garantizar el respeto a los derechos, pero lamentablemente en un sistema donde predomina la lentitud, la corrupción, la mediocridad, el desconocimiento, entre otras situaciones adversas a la justicia, ésta se ha convertido en una acción de perseverancia para quienes buscamos que las leyes no sean letra muerta sino contenidos de aplicación. Quienes reclamamos justicia y llegamos hasta el final de las consecuencias terminamos siendo considerados como luchadores o en su defecto como personas vengativas, rencorosas, ambiciosas, que lo único que queremos es ver tras las rejas a la persona que está siendo procesada y gozar del dinero que se disponga en la sentencia por reparación a los daños materiales o humanos causados. Si la ley y los procesos legales se aplicaran como se debe, si la responsabilidad fuése la directriz en todo momento de nuestras vidas no tendríamos por qué ser considerados ni luchadores ni vengativos ni ambiciosos, etc. Hay quienes olvidan que las leyes existen para que en cierta forma se garanticen los derechos de los que hoy disfrutamos y los derechos no son producto de ninguna casualidad. Detrás de cada derecho hay miles de vidas que derramaron su sangre en verdaderas luchas sociales y junto a cada derecho hay un deber, por eso también he comprendido que debemos estar educados para respetar y hacer respetar los derechos de todos y cumplir con nuestros deberes. Si con “Derecho” nos quejamos de la impunidad de tantos actos condenables, sin “Derecho” la situación sería peor. Es cierto que hay una justicia superior, pero también es cierto que las leyes no se hicieron para ser pisoteadas, que las luchas sociales no han sido en vanas y que más bien deberíamos trabajar con mucho ahínco para heredar un sistema más justo para las presentes y futuras generaciones. Hoy nosotros gozamos de lo que lograron aquellos que estuvieron antes que nosotros y si a eso le vemos errores, entonces, corrijamos, caso contrario seguiremos en lo mismo y la idea no es dar continuidad a lo incorrecto, es romper la cadena y transformar positivamente a lo que consideramos como “Justicia” que aunque algunos no la vean justa dependiendo del lugar en el que nos encontremos en determinados casos es necesaria para seguir fortaleciendo el estado de Derecho. “La Justicia es, pues, un principio ineludible que debería regir nuestras sociedades” (https://psicologiaymente.com/reflexiones/frases-de-justicia) ✍️.
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