Cada fecha de un gran
acontecimiento cívico en nuestro país se ha convertido en el día más esperado para
saber que estamos próximos a un feriado en el caso de que la fecha caiga entre
semana, si cae viernes mucho mejor y si cayó fin de semana ya no hay
vacaciones. Nadie se opone al descanso, pero sí a la falta de memoria colectiva.
A muchos les da igual porque ya nacimos en una patria libre, porque no tuvimos que lucharla cuando la
esclavitud era considerada inclusive hasta como un designio de Dios por ser nosotr@s
de otro color, de otra cultura, de una América a la que nunca los españoles
descubrieron sino sometieron.
Hoy no es un día más, es el día
en que se sembró la semilla de la libertad para más tarde cosechar el fruto de
la independencia definitiva del yugo español. A muchos estudiantes o adultos quizás les
moleste la historia, pero de eso estamos hechos, de historias y por eso somos
libres hoy, por aquellos que tuvieron el valor de ofrecer su vida en el campo
de batalla a cambio de la libertad, para que sus hijos, para que las próximas
generaciones no nacieran en una Patria oprimida sino en una Patria libre,
digna, invadida no por los extranjeros sino de derechos.
La historia no es cuestión de
gustos, es cuestión de conciencia, y no implica saberse al pie de la letra todo
lo que pasó, solo continuar con el entusiasmo de defender lo que nos dejaron
humanos como nosotros, pero que vivieron tiempos muy distintos, tiempos de
barbarie, de injusticia. Las cadenas no están totalmente rotas, aún seguimos
esclavos de muchas cosas hasta de nosotros mismos, de un mundo materialista y
corrupto, por esta razón la lucha es incesante, porque en el momento en que nos
hayamos resignado a todo lo malo de este mundo, entonces nos habremos resignado
a que nuestros hijos vivan en las mismas condiciones. La libertad no se la
consiguió de la noche a la mañana y un mundo mejor tampoco.
Ojalá algún día en el país se
hable de Fiestas Patrias con tanto orgullo como se lo hace en Perú, México,
Estados Unidos y otros países, donde los acontecimientos cívicos guardan su
renombre y son días de respeto y alegría por la libertad.
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