Hoy se cumple un año desde que asumiera mis funciones como concejal principal del GAD Municipal Huaquillas
Con toda sinceridad no esperaba ese día, pues lamento que en la política existan personas que parezcan convencidas de sus ideales en campaña y ya en funciones por supuestamente evitarse problemas con la autoridad principal renuncien a sus convicciones y valores, sometiéndose a la voluntad de un hombre que es de carne y hueso como todos y no porque tenga poder es el más fuerte, peor aún debe considerarse como el más fuerte al que grita e insulta, por más alcalde que sea debe respetar y si no le enseñaron en casa, el pueblo le enseñará.
El problema no es que los políticos se cambien de camiseta, es que renuncien a sus ideales y digan llevar puesta la camiseta del pueblo, esa es la mentira más grande, la camiseta no representa nada, son los ideales la razón de ser de un proyecto político.
Hay promesas que solo son eso, promesas, la experiencia me lo ha enseñado, fue un “milagro” esa principalización, la primera y la última también, porque en un principio se habló de que se me daría oportunidad para actuar en el Concejo Municipal en junio del 2015, pero eso nunca llegó… el motivo… no le agradó al Alcalde de Huaquillas mi forma de legislar y fiscalizar en 28 días y de seguro convenció a mi principal de que nunca más se le ocurriera llevarme a la Municipalidad en su reemplazo.
No gozaba de experiencia, nunca había actuado en una sesión de Consejo Municipal, es cierto, pero aprendí, no precisamente en el Municipio de Huaquillas porque ahí desde el primer día que asistí un 31 de enero de 2015 como oyente para ver cómo funcionaba el Consejo me llevé una decepción terrible. Recuerdo el desorden, para empezar la sesión empezó tarde como siempre, el Alcalde con su voz chillona quería terminar la sesión en menos de un minuto sin exagerar, porque para él las sesiones de consejo siempre han sido una ‘pasadera de tiempo’. Los concejales votaban a favor de la moción y me di cuenta que esos informes de la Comisión de Terrenos ni siquiera los leían, incluso a algunos de esos documentos les faltaba la firma de los concejales integrantes de la comisión. No negaré que ese primer día recibí muchas flores y alabanzas: “una señorita inteligente que aportará a Huaquillas, es Ud. bienvenida, este es un municipio de puertas abiertas y bla bla bla”, claro el Alcalde pensaba que con sus halagos ya me tenía en la palma de su mano, y no fue así, la comunicación social me ha enseñado a comprender el significado de los gestos y del lenguaje populista.
Al Alcalde le dije después de que en una sesión de consejo le cuestioné: “No he venido aquí a defender la administración anterior mucho menos la suya, he venido a defender a mi pueblo”, cómo iba a defender una administración caótica. En la oficina del Alcalde llegaba mucha gente y el hombre como si estuviera en una feria decía: “...a ver hermano Ud. quiere trabajo, Ud. estuvo en mi campaña, perfecto, a ver dónde firmo… aquí… me lo ubicas en cualquier puestito, gracias hermano… ya sabe que tiene que apoyar esta administración”. ¡Eso es demasiado cinismo!
Los simpatizantes del Alcalde como era de esperar por defender a su ‘jefecito’ me gritaban improperios, pero eso es lo de menos, la adversidad te hace más fuerte. A un año de la gestión realizada me siento con la conciencia tranquila, pues actúe guiada por mis principios, sin permitir que nadie me manipulara, demostrando que no necesitas tener mucho tiempo en un cargo para actuar como se debe. El pueblo está despertando, el tiempo no va dando la razón, porque nadie es dueño de la verdad, el tiempo solo se encarga de mostrar que nunca se actuó por estar en contra o guardar sentimientos negativos a alguien sino porque no se puede ser cómplice del caos y del daño que se le hace a un pueblo cuando en casa me han enseñado a actuar correctamente, no podía traicionar a la familia, menos a mi pueblo.
Debo concluir que los concejales alternos no somos platos de segunda mesa para actuar cuando les conviene a los que ostentan el poder, tampoco somos manipulables como algunos creen, ni somos el haz bajo la manga de los que velan por intereses propios. Los que nacimos y nos formamos con convicción sabemos cómo trabajar sin hacer daño a quienes nos han depositado la confianza.
Se ha cumplido un año y ni siquiera me terminan de pagar mis haberes, un año de lucha para que me paguen lo que me corresponde y aún no pueden depositarme el saldo pendiente: $475,00… “Que no hay plata” alegan. Estas palabras se han convertido en frase oficial del Municipio de Huaquillas. Se viene a mi mente también que para motivarme a la principalización me habló mi principal del “sueldo”, que en dos meses de ejercicio llegaría aproximadamente a $5.000,00 y que según él con esto tendría para vivir todo el año, fue cuando le dije: “Yo voy a servir a mi pueblo y ganar lo que por derecho me corresponda cumpliendo con mi trabajo no sin hacer nada, estoy enseñada a trabajar, sé lo que es ganarse $4.000,00 en un año trabajando doce meses ganando el sueldo básico”.
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