Esa es la oposición de nuestro
país, la que pugna llegar al poder sin ideas, la que solo pone el dedo en la
llaga y nunca propone cómo sanarla, cómo superar la crisis económica de nuestro
país, todos esperan tener el poder no para sacarnos del debacle financiero si
no para hacerse fuertes ellos. Si ellos pensaran en los ecuatorian@s dejarían a
un lado sus intereses y caprichos y aportarían a nuestro país sin necesidad de
ansiar el poder.
Nuestro país continúa dividido,
es más que seguro que en las elecciones del 2017 se presentarán de 15 a 20
candidatos a presidentes, otra vez la sábana de papeleta para elegir solamente
a uno. En democracia deben existir varias opciones para elegir, pero nuestra
democracia es tan democrática que le da cabida a todos, a los que ni siquiera
tienen la más mínima oportunidad de ganar y ahí están en la papeleta aunque sea
para figurar y lo peor de nuestra democracia es que las opciones que nos
presentan, muchas de las veces ninguna es buena.
Escuché a Cinthya Viteri en
Contacto Directo decir que se van a cumplir 10 años de un gobierno que supera
los años que ha durado una dictadura en el país. Viteri le llama dictadura a 10
años en los que el pueblo ha acudido a las urnas a decidir por el destino del Ecuador
y en esos 10 años le ha dado la victoria al actual Presidente Rafael Correa, y
no se trata de defender su gobierno, somos nosotr@s los ciudadan@s los que
podemos juzgarlo en las urnas, y si decidimos cambiar de modelo de gobierno es
nuestra responsabilidad y nuestra decisión.
Cuando Fabián Alarcón sucedió a
Abadalá Bucaram porque así le dio la gana al Congreso, dejando de lado a
Rosalía Arteaga (quien era Vicepresidenta del Ecuador en aquel tiempo), de
seguro ahí no existía dictadura, y hasta se pensaría que lo que hizo el
Congreso fue excelente porque Arteaga no representaba los intereses de los
corruptos y Alarcón sí complacería las presunciones de los saqueadores de la
Patria.
Los que se toman el poder por la
fuerza son “salvadores de la patria”, los que toman el poder en las urnas son “dictadores”,
la oposición aún no diferencia entre dictadura y democracia y esa falta de
diferencia se la inculcan al pueblo. Es indignante regresar al pasado y ver a
estas personas que ahora tanto se llenan la boca de democracia cómo pusieron al país de cabeza acosando las
leyes y violando la misma democracia.
Aún a la oposición le mueve el
odio a un hombre y no el amor a la Patria. Quisiera como ciudadan@ tener una
gran opción para votar en el 2017, pero parece que no existirá esa gran opción.
Creía que la oposición haría un trabajo inteligente, pero cada vez que uno de
sus representantes habla me decepciona más. Escuché a un integrante de un
movimiento indígena decir que uno de los logros de las marchas en el 2015 es
que: “Correa ya no participará en las próximas elecciones y eso los hace
felices”. Es decir, que el propósito de las marchas no era liberar al país del
paquete de las salvaguardas y las enmiendas constitucionales si no era que el
Presidente Rafael Correa ya no se presente a la reelección. ¡Cómo se
contradicen entre ellos y cómo le mienten al pueblo!, se escudan en su
descontento para alcanzar sus propósitos maquiavélicos.
Es tanto el deseo del poder que
pierden la cordura y en sus pensamientos huecos piensan que la presencia de
Correa en la contienda electoral nunca les permitiría llegar a Carondelet,
ahora que ya no estará piensan que han acabado con la dictadura. ¡Con una
oposición así como esta para qué queremos que nos gobierne! Si pensaran con
estrategia, para ellos lo mejor sería que Rafael Correa fuera candidato,
competir con él y que Ecuador decida si le da otro periodo de gobierno u opta
por otro candidat@, en democracia muchos pueden perder y solo uno tiene la
opción de ganar. Esa hubiese sido la gran victoria de la oposición, que Rafael
Correa fuera vencido en las urnas por el pueblo que tantas veces lo apoyó, pero
Correa se las adelantó a ese riesgo, e independientemente de que en el 2017
gane un candidat@ del oficialismo o de la oposición, en 10 años de gobierno de
Rafael Correa, la oposición nos queda debiendo mucho y por tanto no nos puede
ofrecer nada para el futuro.
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