Para algunos retornar al pasado es
retrasar los pasos, pero para quienes nos sentimos orgullosos de nuestras
estirpes, dar vuelta a las páginas que han glorificado a nuestra encantadora ciudad es renacer en la
memoria de quienes fuesen sus primogénitoshijos, los hidalgos centinelas que
han batallado con gallardía en el tiempo, que
no ha podido ensombrecer sus recuerdos, y es que en la consciencia de
cada habitante de este insigne rincón de la Patria viven con ímpetu los relatos
lúcidos de sus baluartesfundadores.
Habitada en primera instancia por las tribus
de los TUMBALES, indígenas del imperio incásico, la frontera Sur de la Patria escribe
el prólogo de su crónica. En épocas posteriores a la colonia este patrimonio
habría pertenecido a los progenitores del ilustre patriota guayaquileño José
Joaquín de Olmedo, quienes lo adquirieran desde 1825 y lo mantuvieran en su
poder hasta 1858, año en el que lo donaran a los padres jesuitas de la diócesis
de Guayaquil, quienes a su vez más tarde lo vendieran arbitrariamente por
5.000,00 pesos a la República del Perú, hecho que se diera en el año de 1873.
Seguidamente, en subasta pública este territorio es cedido a los bisabuelitos
del ganadero peruano Félix Noblecilla. Más tarde y por vez primera vez se
le conocería a este lugar con el nombre de Huaquillas, el mismo que emergiera
de las ‘huacas’ que se encontraran en abundancia, puesto que estos montículos
de tierra constituirían los sitios donde los indígenas realizaran sus rituales
funerarios. Sucesivamente los territorios que hoy abarcan nuestro ayuntamiento
pasarían por diferentes propietarios hasta llegar a su determinación actual.
Bien dicen que para entender nuestro presente hay que comprender nuestro
pasado y es que ahora podemos explicar
que el carácter guerrero de la gente fronteriza se debe a la presencia
de un importante conglomerado de indígenas que desarrollaran sus costumbres en
lo que hoy conforma nuestra urbe. Por ellolos huaquillenses son de almas
guerreras, que han sabido escudar con coraje los límites australes que la
geografía del país les concediera y aunque han sido constantemente azotados por
los osados intentos de la intromisión extranjera como aquel 1941 en que la
invasión peruana buscara extenderse en la soberanía ecuatoriana, o la
denominada ‘Guerra de Paquisha’ de 1983 que pretendiera los mismos objetivos,
sin olvidar la ‘Guerra del Alto Cenepa’ de 1995, que bajo el lema: “ni un paso
atrás”, Huaquillas como el ave Fénix se levanta y enaltecida de civismo
permanece en vigilia con la piel curtida de valores libertariosy empinada a la
defensa nacional.
En
los corazones ardientes de los huaquillenseshabita también la nobleza que se
heredera de los padres de uno de los más remembrados poetas del Ecuador, y es
que los ciudadanos de la Capital Binacional de la Paz llevan los versos en sus
labios, porque los maestros de la poesía nacen donde empieza y culmina la
Patria ecuatoriana; es desde este punto de encuentro de naciones donde las letras
maduran con la calidez populary la magna creatividad de las nuevas
generaciones. Huaquillas se caracteriza además por conservar sus convicciones
religiosas, aquellas que fueran nutridas por los jesuitas que por cerca de
quince años se establecieran en esta heredad territorial.
Es así como la bien
mencionada “CENTINELA SIN RELEVO” ha
trascendido fronteras mucho antes de que floreciera y aunque hoy la “CUNA DEL
COMERCIO” (como me atreviera personalmente a nombrarla) está celebrando su XXXI
ANIVERSARIO pocos saben que detrás de esos años hay hombres y mujeres propios y
extraños, que desde diferentes regiones del país han llegado con sus familias a
enraizar en estas hospitalarias tierras sus propuestas comerciales a favor delbienestar
individual y colectivo, emprendiendo nuevoscaminos, plantando huellas,
trascendiendo destinos. Los huaquillenses no conocen de fronteras cuando el
progreso es su máximo objetivo. No hay lugar en este país que no sea Huaquillas
donde su gente está de pie antes de que el sol amanezca y el gallo emita su
canto; esa es mi tropa la que siempre estálabrando con sacrificio sus jornadas,
dirigiendo el ritmo que aviva sus calles, recitando los avances que día a día
va alcanzando. ¡LOOR A TI MI HUAQUILLAS, TAN GALLARDA, TAN ESPLENDOROSA! Si la
vida me diera la oportunidadde volver a escoger a qué
ciudad quiero ir, te escogería nuevamente a ti, porque en ti vi a mi familia y
a mi juventud resurgir cual Hualtaco y Algarrobo.
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